Sumergirse a las profundidades es como abrir una puerta a un universo desconocido lleno de belleza y misterio.
Algunos de las personas que me conocen, saben lo fascinante que es para mí el mundo del agua. Por varios años me especialicé en fotografía deportiva acuática, lo que me llevó a fotografiar a grandes atletas nacionales de la talla de Paola Espinoza ó internacionales como Michael Phelps en Olimpiadas y Juegos Panamericanos. Con esa motivación, quise buscar mejores herramientas para conseguir imágenes cada vez más interesantes. Es por eso que hace algunos años tomé clases de buceo con la finalidad de certificarme. Concluí satisfactoriamente las lecciones de flotabilidad neutra y demás técnicas. Sin embargo las cosas no se alinearon en ese momento para mi certificación debido a que en ese momento se complicaron las cosas para salir a hacer mi examen en aguas abiertas y se fue pasando el tiempo hasta convertirse en una deuda que necesitaba resolver. Pues quiero compartirles que afortunadamente los astros se alinearon y por fin pude concluir el trámite de certificación en un esplendoroso lugar como las cuevas subterráneas del cenote Dos Ojos en Tulum, Quintana Roo.
Me siento muy feliz y satisfecho de desbloquear ese pendiente. Porque sé que no es solo un logro personal; también se convierte en una herramienta profesional que usaré para poder brindar una perspectiva nueva para producciones audiovisuales que se me presenten. Y tener la oportunidad de aportar con estas nuevas habilidades y conocimientos.
Esta certificación más que un papel, es la llave que espero que abra un mundo de posibilidades dentro del campo de la fotografía. Espero que de ahora en adelante cada inmersión sea un viaje inolvidable y que las imágenes subacuáticas inspiren a otros a explorar y proteger nuestros preciosos ríos, lagunas, cenotes y mares.
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